La concurste más liberal vuelve a la carga, y esta vez ha puesto su mirada viperina en Waltrabo. ¿Cómo dejar a su querido representanre sin una ración de sexo? ¡Por supuesto que no! Si algo es Miss Tetas, es justa. Y hay que repartir el placer equitativamente entre todos los amigos que tanto la han amado, y tanto la aman.
Miss Tetas: ¡¡Preparado o no, Waltrabo, allá voy!! ¡¡Te demostraré que merezco ser la número uno de todas las revistas Vecinitas de Compañía!!
Y sin más preámbulos, Miss Tetas arremete contra Waltrabo encima de la mesa de cristal.
Waltrabo: Así me gusta Miss Tetas, tu esfuerzo y dedicación me enternecen el corazón.
Entre sollozos y gemiditos diversos (a los que empezamos a estar acostumbrados), Miss Tetas da rienda suelta a su peculiar despedida... (Esperemos que la mesa aguante).
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