Rossi se ha marchado, pero su presencia aún hoy continúa en la caja. Nuestros concursantes, que son todos unos pecadores (algunos más que otros), se sienten intimidados, espiados, observados por el espíritu de la monji. No pueden aguantar más, han de expulsarla del todo, y para ello se montan una sesión de Wijah. Así cogen la ruleta del mini-casino y escriben letritas encima de los números, utilizando como vasito de cristal la bola del juego.
Miss Tetas: Siento que Rossi está entre nosotros... La oigo en mi cabeza... ¡Debemos expulsarla! Nunca pude catarla...
El espíritu de Rossi: ¡Sucia! ¡Sucia!
Se oye un trueno, y la luz se va.
Reina de los Giles: ¡La gallinita ciega! ¡La gallinita ciega! ¿Jugamos a la gallinita ciega?
Johnny: No, Reina de los Giles. Miss Tetas se refiere a la Wijah.
Reina de los Giles: ¡Oh! ¡Wijah! ¡Wijah!
Los concursantes se reúnen en torno al mini-casino e invocan al espíritu.
Miss Tetas: Rossi, ¿estás ahí? ¿Quieres comunicarte con nosotros?
Waltrabo: ¿Y de esto sacaremos algo?
Tiu tiu tiu tiu tiu tiuuuuuuuu Tirititín Tin Tin...
Se enciende la luz. Vomi empieza a convulsionar y le sale espuma por la boca.
Todos menos Vomi: ¿Rossi?
Vomi: ¡¡NOH!! ¡¡Hola Chicos!! Soy Lucifer, Luci para los amigos...
El pánico inunda la sala y los muebles se mueven.
Todos menos Vomi: ¿Qué quieres de nosotros?
Vomi: ¡No, hombre! No vengo en misión satánica. ¡Solo quería saludar para ir conociéndolos! ¡Es que soy muy fan de BIG PACO! ¡Sepan que están invitados siempre que quieran a una barbacoa, una paella, una chuletada... Yo pongo las brasas y ustedes la carne.
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