Rossi nos muestra su alma

Nuestra monja enfermera reza, canta, ríe y expone su amor.

- ¡Hola Dios! Me encuentro muy feliz de estar aquí dentro. ¡Por eso te doy las gracias!

Me he dado cuentita de que me estás sometiendo a nuevas pruebas de fe. El otro día perdí un poco los nervios cuando se fue la luz. No sabía qué pensar. Llegó un momento en el que los gritos y la oscuridad me hicieron sentir en el infierno. Lo siento, Dios, por no tener tanta confianza en ti. Pero busqué dentro de mí y te encontré al instante. Ahora, considero que mi duda me ha llevado a esta nueva prueba, una nominación.

Yo rezo a todas horas para permanecer tan alegre, feliz y llena de amor como el día en el que entré. Y aunque mis compañeros son ateos, indecentes, puercos..., pecadores en general; yo les guardo mucho amor, porque como dijiste tú, ¡nos amamos los unos a los otros como tú nos has amado!

En fin, Dios, quiero que sepas que mis creencias nunca más se verán abatidas, y que no me importará si salgo de la caja esta semana. Aunque claro, me gustaría tanto ser la ganadora para irme a África y convertirme en la Madre Rossi de los Montes de Mitumba. La decisión es tuya, y yo la aceptaré con humildad. Como siempre... ¡¡Tus caminos son inexcrutables!! ¡¡Amén!!